Avanzamos hacia el pasado.

    De todos es sabido, y el que no se haya enterado es porque vive al fondo de una cueva, que España está en crisis. Que nuestro gobierno es ese de color azul hortera y que se llama Partido Popular. Que La Unión Europea (o el Ciempiés Humano, como yo lo llamo, por eso de que unos se lamen el culo a otros) no hace más que hundir la poca economía que nos queda. Que los Bancos son los amos y señores de la tierra. Que las pequeñas y medianas empresas son los desechos monetarios de España hoy día. Que los parados aumentan cada vez que el señor Rajoy abre el pozo. Que los desahucios se han cobrado ya demasiadas vidas, demasiadas familias. Que la Educación no es más que una broma, que un juego para aquellos que están sobre nosotros. Que el sistema de Becas da risa y provoca aspavientos populares.

    De todos es sabido, que esto es una mierda.
 
    Y volvemos al pasado. Volvemos a esos tiempos en los que te arrancaban tus derechos. Volvemos a los tiempos en los que no podíamos alzar nuestras voces. Yo no veo la democracia, porque se han encargado de asesinarla. Dictadura al poder, señores. Franco estaría campando a sus anchas por este país en los días que corren. Si Franco levantase la cabeza (y se diera una señora hostia contra la roca que tiene encima) le daría un aplauso al actual gobierno de España.
 
    Las mentalidades se encuentran en retroceso. Hoy en día, la figura de la mujer está volviendo a hundirse en las penosas aguas de hace mucho tiempo atrás. Las personas están perdiendo sus posibilidades de tener una vida digna. Nuestro salario mínimo se parece más a una limosna que a un sueldo de verdad. Se sigue pensando y se pensará, que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa, que si yo te estornudo en la cara, te salen alitas de mariposa y te pones un corsé para irte por Chueca de party hard. La religión se cuenta para las becas. La Iglesia tiene todo y más (y no, no me estoy refiriendo a los monaguillos... que también). La Universidad es un centro para ricos, no para pobres. Los estudiantes se van del país, porque ven que su casa, su lugar y sus pilares se han venido abajo y no ven más salida que hacer la maleta e irse.
 
    Y todavía hay gente que admite que todo esta bien, que estamos bien. Que existe la democracia, que existe la justicia. Hay gente que aplaude a aquellos que lo hacen mal, a un gobierno que se lucra de las desgracias ajenas. Ojo, que no hablo sólo del Partido Popular, pues todos los partidos de España me parecen una gran mentira, un saco roto en el que depositamos nuestra confianza para que no lleguemos a ningún puerto. Gente que apoya el pensamiento retrógrado, personas que apoyan la discriminación.
 
    Y aquí estamos, sin mover un dedo, sin hacer nada al respecto. Algún día, España se dará cuenta de lo que está pasando. Se dará cuenta de todo lo que tenemos encima. Se dará cuenta de que somos muchos y que podemos con los cuatro gatos que creen tenernos bajo control.

    España, despierta de una vez. Antes de que sea demasiado tarde.